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logo con foto columnaNi a cual irle de los dos fracasados políticos. Uno perdió la competencia presidencial en el año 2000 y desde entonces el PRI se desbarranca al precipicio. El otro, frustrado porque ni en su tierra lo quieren como representante popular, ha perdido dos elecciones locales, alcanzó un escaño de propina porque el sistema político aún lo permite.

Los dos originarios de Los Mochis, Sinaloa. Hoy, ambos respiran por la herida; blasfeman y maldicen sin ton ni son, porque están en el abandono político.

            Francisco Labastida Ochoa, quien fue el primer candidato presidencial del PRI que perdió una elección. Ahora reniega del partido que lo cobijó durante años y vive de las añoranzas priistas.

            Mario Zamora Gastelum, junior de la política; perdió estrepitosamente la elección para gobernador en Sinaloa. Ni su suegro, un potentado exportador de mango, lo apoyaba en su campaña política.

            Por eso, ahora despotrican contra quien sea, para mitigar su frustración.

            En una entrevista con Carmen Aristegui, el ex gobernador de Sinaloa, y ex candidato presidencial afirmó que “Enrique Peña Nieto y el PRI ayudaron a que López Obrador obtuviera más votos para ganar la presidencia en 2018”

            Dijo que por eso, no se ha emprendido ninguna acción contra Peña Nieto, quien lleva una vida holgada en Europa, producto de los actos millonarios de corrupción en Pemex.

            Labastida también tuvo referencias para Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, de quien dijo “está muerto” políticamente y con los resultados electorales del próximo domingo 5 de junio se convertirá en “sepulturero” del tricolor.

            Por su parte, Mario Zamora, quien llegó al Senado a un escaño de propina, porque no la obtuvo con votos, sino por la representación proporcional que  beneficia a los partidos minoritarios, devela su perfil pendenciero, al retar a golpes al diputado Gerardo Fernández Noroña, en lugar de debatir con ideas políticas.

            En Sinaloa se recuerda a zamorita (así con minúsculas) por aquél video corriente y vulgar en la campaña política por la senaduría de Sinaloa en que le mienta la madre a su contrincante  Luis Guillermo Benítez.

            Dijo: “por acá anda un químico que trata mal a las mujeres…pues va a chingar a su madre…y dice que tienen varita mágica para resolver los problemas…ni madres…las cosas se arreglan con trabajo”

            Y apenas el martes pasado, volvió a mostrar su actitud pendenciera y camorrista, cual mozalbete estudiantil que retaba a golpes a la salida de la escuela. Ya antes había despotricado contra el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, al decir que Morena ganó la elección con apoyo de la delincuencia.

            Los priistas sinaloenses recuerdan que zamorita les jugó la contra en 2010 incitando a muchos partidarios a votar por el PAN, con tal de “chingarse” al candidato tricolor porque no era de su agrado.

            Y en 2017 fungía como director general de Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural y Forestal, dependiente de su amigo José Antonio Meade, quien era secretario de Hacienda y Crédito Público.

            Tiempo aquél en que el hijo de Labastida. Francisco Labastida Gómez de la Torre, recibió un cuantioso crédito de esa financiera, que a la fecha, ignoramos si ya lo pagó.

            Así las cosas con ese par de frustrados mochitecos que hoy respiran por la herida.

          Todo en víspera de las elecciones para gobernador del próximo domingo 5 de junio en seis estados de la república. Las encuestas indican que Morena ganará cuatro estados, el PAN ganará uno, y el otro está muy competido con un final espectacular  que prevé un resultado con diferencia mínima de votos.

          Por eso, el gimoteo de Labastida y Zamora.