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logo con foto columna  Cinco días antes de concluir su administración, Quirino Ordaz Coppel llamó a su secretario de Administración y Finanzas, Luís Alberto de la Vega Armenta y al secretario de Obras Públicas, Osbaldo López Angulo para revisar el padrón de obras que estaban en proceso.

            -Hay 23 obras pendientes de concluir – informó despreocupado Osbaldo

            -Y hay empresas y contratistas que nos están requiriendo pagos – secundó De la Vega.

            No sólo esos acreedores eran los que le requerían al gobierno quirinista los pagos correspondientes, sino se acumulaban deudos a los burócratas, a los maestros, al personal de salud, y a otros muchos prestadores de servicios.

            Pero, a Quirino le importaban solamente los empresarios fuertes. Por ello, instruyó a su secretario Luis Alberto de la Vega a elaborar los cheques de liquidación por 485 millones de pesos a los que dejaron 13 obras inconclusas.

            Así, entre el 25 y 30 de octubre de este 2021 la tesorería entregó los cheques que cubrían el total de los contratos de obras no terminadas.

            Entre esas obras destaca el dichoso puente bimodal sobre el Río Humaya en el Parque Las Riberas que fue inaugurado, precisamente el penúltimo día de su mandato de Ordaz Coppel, aun cuando no estaba terminada.

En esa obra se invirtieron 29 millones 945 mil 259 pesos; el puente habilitado para peatones y ciclistas tiene una longitud de 180 metros y ancho de 4.6 metros. Pero, al final se facturó en 32 millones de pesos.

La construcción se inició en marzo y se había anunciado su terminación para el mes de agosto; pero, según por escasez de acero, se prolongó para octubre.

Al cortar el listón de inauguración, acompañado de su esposa Rosa Fuentes, el gobernador declaró pomposamente, “en mi administración me propuse dignificar y rescatar los espacios públicos. Me voy tranquilo y satisfecho, salí como entre: trabajando”

Y si se fue tranquilo y satisfecho con sus correligionarios empresarios, de Mazatlán, principalmente, a quienes favoreció con jugosos contratos de obras con pagos millonarios.

            Rubén Rocha Moya lleva apenas 43 días en el gobierno de Sinaloa y ya se está dando cuenta del desbarajuste financiero que le dejó Quirino. Lo habíamos advertido la semana anterior, que en cuanto transcurrieran más días de diciembre iban a salir a flote más irregularidades administrativas del gobierno quirinista.

            Por lo pronto ya se informó de las 23 obras inconclusas y de los 485 millones de pesos pagados, pero conforme pasen los días seguirán apareciendo más deudas y más contratos no cumplidos.

            Y de poco le servirá al gobierno de Rocha solicitar créditos y más créditos para solventar deudas y pagos salariales de burócratas.

            Esperemos que la LXIV Legislatura de Sinaloa revisé con lupa las cuentas públicas del ejercicio presupuestal de Quirino y que la Auditoría Superior del Estado proceda conforme a lo que corresponde para que el mazatleco rinda cuentas.

            A lo mejor es una quimera fugaz, pero la etiqueta de gobernador inmundo y deshonesto no se lo quitará nunca Quirino Ordaz Coppel.